A lo largo de las 40 semanas que dura un embarazo, se realizan multitud de pruebas clínicas para comprobar el bienestar de la mujer, del feto y del propio embarazo. Son múltiples los factores que influyen sobre el bienestar del periodo gestacional: factores hormonales, genéticos, físicos, etc. Por ello, desde el momento en que una mujer conoce la noticia de su embarazo debe acudir a su médico especialista o a su matrona para que le indique qué pruebas ha de realizarse en cada uno de los trimestres de gestación. Por todo ello, desde Pelvimax, queremos hablarte sobre una de esas pruebas que hoy vamos a tratar más en profundidad es el conocido “triple screening” o triple cribado: qué es y por qué se realiza en el primer trimestre de embarazo.
Qué es el triple screening
El triple screening es una prueba no invasiva que se realiza en el primer trimestre de embarazo. Es un test o cribado que combina tres marcadores: niveles de dos hormonas de la madre presentes en la sangre, la ecografía de las 12 semanas (donde se mide la translucencia nucal y la presencia de hueso nasal) y la edad de la madre.
Teniendo en cuenta estas variables, y basándose en los estudios que han hecho sobre la población a lo largo de varios años, sacan una probabilidad de que el bebé tenga algún tipo de alteración cromosómica.
La unión de los tres factores anteriormente nombrados, y mediante un algoritmo (cálculo) realizado por un programa informático (en un laboratorio clínico), nos proporciona unos resultados expresados a modo de índice de riesgo. Es un resultado estadístico o de probabilidad de que el feto tenga algún tipo de alteración. El objetivo de esta prueba es ofrecerle a la madre una probabilidad individualizada de la posible alteración cromosómica.
Gracias a este test o cribado prenatal, se pueden detectar principalmente tres alteraciones cromosómicas, la conocida trisomía 21 (o síndrome de Down), la trisomía 18 (síndrome de Edwards) y la trisomía 13 (síndrome de Patau).
Los resultados varían mucho de una mujer a otra, pero el punto de corte para considerar que existe cierto riesgo de que el feto sufra una alteración cromosómica oscila entre 1/250 ó 1/270, frente a los 1/1000 que consideraría una probabilidad baja.
¿Cómo se interpretan los resultados? Te preguntarás.
Si el resultado del test ofrece datos 1/250, significa que existe 1 probabilidad entre 250 de que tu bebé pueda tener una alteración cromosómica, es decir, que sufriera Síndrome de Down, de Edwards o de Patau, frente a si el resultado es de 1/1000, que significaría que la probabilidad es de 1 posible caso entre 1000.
Quiero hacer hincapié en que se trata de un resultado estadístico, no confirmatorio.
En el caso de que los resultados del triple screening ronden las cifras de corte (1/205 – 1/270), el médico especialista (ginecólogo) probablemente te recomiende otro tipo de pruebas más precisas, como la amniocentesis o la biopsia corial para confirmar o descartar el riesgo. Estas pruebas sí son más precisas, pero también más peligrosas para el feto y la madre. Estas son
pruebas invasivas, y por ello, muchas mujeres prefieren no realizárselas. Realmente, los avances en medicina son tales, que la probabilidad de sufrir un aborto espontáneo tras realizarse alguna de estas pruebas oscila entre el 0.2 y el 0.5%, pero de ello hablaremos en otra ocasión.
Por todas estas razones y por la importancia de la detección precoz de anomalías cromosómicas, la Sanidad Española recomienda (aunque no obliga) la realización del triple screening en la semana 12 de gestación. Esperamos haberos sabido transmitir la importancia del triple screening, qué es y por qué se realiza.